Todavía transformando

El redescubrimiento de las Escrituras fue raíz, y a la vez fruto de la Reforma, movimiento del cual surgió el anabautismo. No era que la Biblia se hubiese perdido, sino que no era accesible a la persona común. Muchos que se definían como cristianos tampoco estaban convencidos de que la Biblia tuviera algo que decir sobre cómo vivían. Los anabautistas en particular nos caracterizamos por centrar nuestra atención en las Escrituras, hasta el punto incluso de apropiarnos del apelativo “pueblo del Libro”.

El Congreso Mundial Menonita nos convoca a reconocer el quincentenario del comienzo del movimiento que dio a luz al anabautismo, instándonos a que examinemos las Escrituras como una guía en nuestra vida cotidiana. Es un recordatorio que, aunque hubiese mucho para celebrar respecto a la Reforma, existió una gran escisión que debemos lamentar. El lapso de diez años de eventos conmemorativos del CMM se denomina Renovación 2027.

El primer evento de Renovación 2027 se realizó en febrero de 2017 y se llamó, “Transformados por la Palabra: la lectura de la Biblia desde diversas perspectivas anabautistas”.

El presente número de Correo comparte presentaciones del primero de diez eventos anuales que conmemoran el nacimiento del movimiento anabautista.  

¿Cómo es actualmente la lectura de las Escrituras, quinientos años después de la Reforma radical? Quizá las leamos desde nuestro celular, en vez de la hoja impresa. Tal vez podamos optar por diferentes traducciones para leerlas en nuestro idioma de origen. Algunas cosas han cambiado, pero las historias siguen siendo las mismas.

No se ha debilitado nuestra convicción de que se trata de la Palabra de Dios. Sin embargo, podría haberse enriquecido nuestro entendimiento sobre cómo fue escrita y por tanto, cómo es nuestra lectura.

Antonio Fernández González, de la Comisión de Paz, nos lleva de nuevo a la clave interpretativa fundamental de los anabautistas: la Palabra de Dios, Jesucristo. Dios encarnado. La sencillez de las palabras podrían inducirnos a sacar conclusiones simples a partir de nuestra lectura, pero González nos anima a mantener a Jesús como nuestro guía. Dios inspiró la Biblia, aunque la Biblia no es Dios mismo.

Valerie Rempel, de la Comisión de Fe y Vida, desafía a los anabautistas a que abordemos la Biblia con el fervor radical de los primeros reformadores que tanto admiramos. Pero, nos insta a hacerlo plenamente consciente del mundo en que vivimos. Nos invita a llevar a la práctica nuestra fe con el afán de reunirnos con otros creyentes –que a veces sostienen perspectivas diferentes a las nuestras– “a fin de indagar, estudiar, aprender unos de otros, e impulsarnos a amar y realizar buenas obras”.  

En la sección “Perspectivas”, los miembros del Comité de Jóvenes Anabautistas analizan la Palabra misma. Estos jóvenes líderes, que representan a las cinco regiones continentales, interpretan el Gran Mandato de acuerdo a la comprensión de su entorno.

Argentina –lugar de la primera misión anabautista en América Latina– conmemora el centenario en 2017. En la sección “Perfil de país”, Mario Snyder, líder de la iglesia, nos relata la historia de la Iglesia Evangélica Menonita Argentina.

Phyllis Tickle, académica religiosa norteamericana, señaló que cada quinientos años se observa un cambio en el cristianismo. Con la Reforma comenzamos a centrarnos en las Escrituras, la cual duró quinientos años. ¿Quizá sea tiempo de comenzar otro cambio de enfoque? Algunos sugieren que los próximos quinientos años podrían ofrecernos la oportunidad para que aprendamos más sobre el Espíritu Santo. Estemos atentos al evento de Renovación 2027, a realizarse en 2018 en Kenia, en torno a “El Espíritu Santo nos transforma”.  

—Karla Braun, redactora jefa de Correo y escritora para el Congreso Mundial Menonita, reside en Winnipeg, Canadá.

Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2017.

 

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