Lloramos (Una oración de lamento)

Lloramos con aquellos cuyas tierras son devastadas por la guerra.

Lloramos con los que a causa de la guerra y la violencia, ya han perdido su hogar.

Lloramos con los que dejan atrás lo que conocen en búsqueda de una vida mejor para sus hijos y sus familias.

Lloramos con Abdullah, el padre de Aylan y Galip Kurdi, al afrontar ahora la vida sin sus hermosos hijos y su compañera en la vida.

Lloramos sobre Aylan y su hermano Galip cuyas vidas han sido arrebatadas tan pronto de forma trágica.

Lloramos sobre Rehan, su madre, que quería una mejor vida para sus hijos.

Lloramos sobre los miles de niños, mujeres, y hombres que ya han perdido la vida en busca de esperanza.

 

Lloramos también por nuestra complicidad en causar y alimentar el continuo conflicto que ha desplazado a miles alrededor del mundo.

Lloramos por nuestra complicidad mientras nos engañamos a nosotros mismos al pensar que más violencia traerá la paz.

Lloramos por nuestra complicidad al hacernos  los de la vista gorda, ignorando el sufrimiento y la grave situación de nuestros hermanos y hermanas.

Lloramos por nuestra complicidad en los sistemas y poderes de este mundo que continúan oprimiendo y deshumanizando a algunos a cambio del privilegio y el confort de otros.

Lloramos por nuestra complicidad en los sistemas y poderes de este mundo que mantienen la gente a raya para que nuestra seguridad y confort no se vean obstaculizados.

Lloramos por nuestra complicidad al no acoger con agrado al extranjero en momentos de necesidad.

Lloramos por nuestra complicidad al no oír el clamor de los demás.

 

Lloramos a causa de la falta de poder y la impotencia que sentimos al no ser capaces de detener los conflictos persistentes, cuyo resultado son los desplazados.

Lloramos a causa de la falta de poder y la impotencia que sentimos al no ser capaces de salvar a aquellos que han caído en el mar.

Lloramos a causa de la falta de poder y la impotencia que sentimos porque vemos el sufrimiento ajeno.

Lloramos porque sabemos que esta no es la manea que Dios quiere que nos tratemos.

Lloramos porque sabemos que este no es el sueño que Dios tiene para el mundo.

Lloramos porque no sabemos qué más hacer.

 

Dios, se con Aylan, Galip, y su madre Rehan.

Dios, se con Abdullah, su padre.

Dios, se con los otros miles que han muerto en busca de paz y refugio.

Dios, se con nosotros a medida que damos un paso fuera de nuestra complicidad para que podamos encarnar la calidez, la hospitalidad, y el amor hacia los demás que ya nos has demostrado.

Dios, se con nosotros mientras buscamos la paz en paz.

Dios, se con todos nosotros.

por Andrew Suderman, Secretario de la Comisión de Paz del CMM

 

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