Peregrinos en un viaje que trasciende fronteras

Así como las partes del corazón, las cuatro comisiones del CMM sirven a la comunidad mundial de iglesias afines al anabautismo, en las áreas de diaconado, fe y vida, paz y misiones. Las comisiones preparan materiales para la consideración del Concilio General, brindan guía y proponen recursos a las iglesias miembros, además, propician redes y compañerismo en relación al CMM trabajando juntos en temas de interés y enfoque común. A continuación, una de las comisiones comparte un mensaje de la perspectiva de su ministerio.


Las relaciones correctas se encuentran en el centro de la paz o Shalom bíblica. La paz no es simplemente un estado de ser o un lugar tranquilo. Más bien, Shalom surge cuando nos relacionamos correctamente unos con otros, con la creación y con Dios. Emerge de las relaciones; es un proceso, no un lugar.

Por ejemplo, el Salmo 34:14b nos anima a “buscar la paz, y a seguirla….” No se trata solo de encontrar la paz. Debemos buscarla de forma activa. Esto sucede cuando nos “apartamos del mal y hacemos el bien” (Salmos 34:14a).

Tenemos la impresión de que la paz puede no ser fácil de alcanzar; pero la demanda es inequívoca – ¡debemos procurarla!

En segundo lugar, el Salmo 85:10 dice: “El amor y la verdad se encontrarán; se besarán la paz y la justicia”. Sin justicia no habrá paz. Dicho de otra manera, la justicia es un elemento esencial en la paz.

En tercer lugar, Santiago 3:18: “En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz”. La forma en la que uno planta importa. Curiosamente, en este caso, el fruto no coincide con la semilla plantada. El fruto de la justicia viene de la manera en la que la semilla es plantada.

Así como la justicia es esencial para la paz, Santiago sugiere que para que el fruto de la justicia surja, la búsqueda de la misma debe hacerse en paz.

Desafortunadamente, un rápido vistazo a los artículos periodísticos resalta el hecho de que el mundo no está en paz. Cuando las personas se reúnen para desafiar la manera en la que las autoridades de gobierno están gobernando, hay disturbios; las guerras y los conflictos violentos perduran; la pobreza y la inestabilidad económica y la explotación continúan sembrando la desesperanza, agudizando la escasez.

Estas realidades muestran que las personas en todo el mundo no están experimentando la paz que incluye la justicia. Reconocer esta falta de paz ayuda a entender por qué las personas sienten la necesidad de migrar.  

La realidad de la migración nos afecta a todos: podemos ser los que estamos en movimiento, podemos estar apoyando a los que lo están haciendo, o podemos ser los que se benefician de los sistemas que hacen que las personas emprendan un viaje peligroso hacia una vida más esperanzada y digna.

Los locutores de noticias y los líderes con demasiada frecuencia describen esta situación como una “crisis de inmigración”. Tal descripción, sin embargo, falla en reconocer la injusticia de la que la gente quiere escapar. En otras palabras, fallamos en entender por qué las personas optan por la travesía peligrosa de dejar el hogar en busca de paz; fallamos en reconocer las fuerzas que causan las realidades inhumanas, indignas, y/o violentas de la que las personas tratan de escapar. 

Como cristianos, nos enfrentamos a la realidad que al que seguimos – Jesús – él mismo era un inmigrante y refugiado. Sus padres huyeron de la amenaza de muerte de Herodes.

Las fuerzas de la muerte continúan persiguiendo a las personas hoy y como seguidores del refugiado Jesús, nosotros también deberíamos preocuparnos por cómo ayudar a los demás. ¡Al ayudar a los que huyen, ayudamos al Jesús que también se vio forzado a huir!

La Comisión de Paz busca caminar, apoyar y animar maneras en las que nuestras iglesias miembros encarnan la paz de Cristo en y para nuestro mundo. Esto significa encontrar maneras de responder a los mecanismos de muerte que afectan a muchos en todo el mundo. También significa explorar cómo podríamos – consciente o inconscientemente – participar en fuerzas de injusticia, opresión, explotación, y violencia hacia nuestros propios hermanos y hermanas.  

Con este fin, la Comisión de Paz ha participado en:

  • Niños en movimiento. El CMM ha sido parte de un consorcio de fe mundial para ayudar a los niños que migran, y para movilizar a las comunidades religiosas para que sean centros de apoyo.
  • Trabajando con nuestros hermanos y hermanas indígenas. Nuestro documento más reciente, “Declaración de solidaridad con los pueblos indígenas,” aprobado en 2018, ha sido una herramienta útil para que nuestras iglesias exploren, confiesen y busquen reparar la manera en que nuestra propia historia de inmigración también ha causado, creado, o perpetuado nuevas formas de injusticia. Continuamos buscando relaciones más justas y restauradoras con nuestros hermanos y hermanas indígenas.
  • Objeción de conciencia. Apoyamos a nuestras iglesias miembros cuyos gobiernos requieren que los jóvenes participen del servicio militar. A pedido de nuestras iglesias que luchan con esta realidad, estamos redactando un documento sobre la objeción de conciencia que nuestras iglesias puedan usar en sus luchas particulares con las autoridades de gobierno.
  • Como comunidad mundial que valora la vida y vivir en una relación correcta unos con otros, con la creación y con Dios (por ejemplo, Shalom), inevitablemente nos involucramos en desafiar la muerte. Reconocemos nuestra culpabilidad en dichas fuerzas, pero también buscamos trabajar en pro de la vida. ¡Esta es una tarea grande y abrumadora!
  • Como Comisión de Paz, nuestra esperanza es apoyar a nuestras iglesias en todo el mundo buscando la paz con justicia mientras salimos del ciclo de violencia que inevitablemente perpetúa la muerte. De esta manera esperamos poder demostrar el camino de paz de Cristo a través de nuestro testimonio de ser peregrinos en un viaje que trasciende las fronteras.

Que Dios nos conceda la fortaleza y el valor para continuar en esta travesía.

—Un Comunicado del Congreso Mundial Menonita por Andrew Suderman, secretario de Comisión de Paz del CMM.

 

 

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