La sabiduría y bondad de Dios

Perspectivas: Estados Unidos

La diversidad religiosa puede unir a las personas 

La religión es algo personal; expresa nuestra forma de ser. Religio significa “unir”, por lo que las religiones tienen la intención de unir a las personas. 

Hablar con otras personas cristianas (protestantes, católicos romanos u ortodoxos) es un intercambio INTRA religioso. Conversar con personas de otros credos o religiones del mundo, refleja el diálogo INTER religioso. 

Originario de Sri Lanka, el profesor retirado Wesley Ariarajah define la verdadera religión en términos de “compasión, no violencia, entrega personal, amor universal y el rechazo al consumismo”. Su libro Your God, My God, Our God (trad. Tu Dios, mi Dios, nuestro Dios), cuyo subtítulo es: “Repensar la teología cristiana en pos de la pluralidad religiosa” [Rethinking Christian Theology for Religious Plurality], trata sobre cómo las religiones comparten su interés en un Ser Supremo. 

Raíces judías 

El cristianismo tiene un sólido fundamento judío. Se basa en las Escrituras hebreas, la historia de la interacción fiel de Yahvé, el Único Dios, con Israel. Dicho pueblo, que fue escogido para dar la bienvenida de Dios a otras naciones o la apertura hacia todas las criaturas humanas, convivió con religiones antiguas. Recuerden el incidente de la Torre de Babel (Génesis 11,1–9). Aquellas personas que tenían un lenguaje dominante y una torre simbólica parecían tener la intención de controlarlo todo, e incluso competir con Dios. Pero en lugar de permitir tal predominio, el Creador que valora la diversidad, dispersó su deseo de falso poder sobre la faz de la tierra. 

Del Nuevo Testamento, aprendemos cómo Jesús, nuestro consejero, valoraba su herencia judía. Enseñó a través de parábolas y acción directa sobre la manera en que Dios da la bienvenida.  Siempre señalando un Camino entre los caminos hacia Dios, hizo hincapié en un reino divino para los seguidores fieles. Sin la intención de comenzar una nueva religión, Jesús llamó al judaísmo a reformar, renovar su modelo de pactos, de acuerdos humano-divinos. Antes de regresar al reino de Dios, permitió que el Espíritu, que había sido coactivo en la Creación, reemplazara a su ser directo por creyentes. 

Espíritu de Pentecostés 

El Espíritu de Pentecostés (Hechos 2) reunió las voces dispersas. Aunque eran diferentes, las personas de distintos lugares se entendían. La unidad en la diversidad surgió en buena medida a través del intercambio verbal, del amplio don de la diversidad de Dios. El pluralismo religioso sigue siendo un don para nosotros, a fin de mostrar la voluntad de Dios de salvar a todas las personas. 

Décadas atrás, el alemán Max Muller comprendió el valor de estar debidamente informado de las distintas visiones de las diversas religiones, para respetarlas y compararlas mientras realizaba una peregrinación personal. Marcó la historia con la observación de que, “conocer una religión es no conocer ninguna”. En otras palabras, al conocer solo una religión no se logra siquiera conocerla en profundidad. La fe crece al comprender lo que otras personas encuentran significativo. 

He aprendido de nuestro buen amigo de origen sij, cuán profundamente honra su escritura el Guru Granth Sahib, su gurú actual. Expresar o dar testimonio de mi cristianismo, sin arrogancia, dando acogida sincera y abierto a aprender de la integridad de otras religiones, enriquece mi ser sagrado. 

Paz con diálogo 

“No habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones, y no habrá paz entre las religiones sin diálogo”, dijo Hans Kung. Los menonitas se atribuyen una historia orientada a la paz. No somos las únicas personas cristianas que sostienen esta postura. Cada generación, en distintos lugares, necesita reafirmar lo que significa la promoción de la paz y la mejor manera de expresar la construcción de la paz para las situaciones que surgen. 

Para aprender de otras religiones, ayuda tener una buena predisposición. Hace mucho tiempo Mahatma Gandhi, un hindú con influencia jainista, enfatizó la ahimsa (no violencia). Un amigo cercano de Gandhi, Abdul Ghaffer Khan, hizo posible grandes iniciativas de paz para su pueblo musulmán. Y Thich Nhat Hanh vivió, enseñó y escribió sobre los principios básicos de la paz para budistas más que leales. 

Recibir la verdad divina 

¿Podemos recibir y también extender la verdad divina? 

Al actuar juntas, las personas leales a diversas religiones posibilitan iniciativas pacíficas que superan la injusticia. Existen obstáculos para una existencia pacífica cuando se mantienen actitudes de venganza, o no se superan los estereotipos que tergiversan a otras personas o impiden que sean valoradas plenamente. Cuando a través de juicios negativos, las enseñanzas religiosas dañan a las personas que difieren, o cuando las personas leales a las religiones provocan un conflicto, urge nuevamente la necesidad de arrepentimiento. ¿Cómo podría el diálogo sincero sobre los principios que tenemos en común, posibilitar la buena voluntad religiosa? 

Hay que estar agradecidos por el hecho de que la pluralidad religiosa persista en nuestro mundo. Elegimos diferentes religiones y denominaciones, optando entre rituales de adoración, modelos de creencias y días festivos. A medida que conocemos a personas cuyas elecciones difieren, se presenta la oportunidad de un diálogo honesto. 

El intercambio transmite perspectiva con fe. Quienes participan del diálogo esperan sentirse cómodos y ser leales a la fe personal, y no estar a la defensiva ni temerosos de dicha fe. Cada quien espera escuchar atentamente la confesión de la otra persona, formular y aclarar ciertos puntos de su verdad personal, y absorber o conservar lo que se aprenda. No es un debate: el diálogo religioso transmite un estado de ánimo o una actitud, honra la integridad, da la bienvenida a la comprensión profunda y promueve la amistad. 

¡Ojalá que los lectores y las lectoras concuerden!  

—Dorothy Yoder Nyce, miembro de la Iglesia Menonita de 8th Street, Goshen, Indiana, EE.UU. 


Este artículo apareció por primera vez en Correo/Courier/Courrier en octubre de 2020.

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