Dones del advenimiento: el perdón y la sanidad

“Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades”. Salmo 103:2-3. DHH

El Salmo 103 es la expresión de gratitud de David hacia Dios. No es una expresión casual. Proviene de lo profundo de su alma. David comunica a sus lectores tres razones de su alabanza de júbilo:

  • Dios ha bendecido a David con muchas bendiciones (versículo 2)
  • Entre ellas, Dios perdona todos sus pecados (versículo 3)
  • Dios sana todas sus enfermedades (versículo 3)

El perdón de Dios

David entiende profundamente el perdón de Dios. El robó la esposa a su soldado Urías. No solamente robó a Betsabé, sino que también asesinó a Urías (2 Samuel 11:15). David merece el implacable juicio y rechazo de Dios, pero Dios lo perdona.

Un analista de la Biblia ilustra el perdón de Dios hacia David de esta manera:

David merece la ira; recibe misericordia.

Merece el rechazo; recibe aceptación.

Merece el infierno; recibe el cielo.

Merece un adversario; recibe un abogado. (The Preacher's Commentary – Vol. 14: Salmos 73-150).

Puedo identificarme con David encuanto a la profundidad de la misericordia de Dios. Al igual que él, yo también soy un pecador; he cometido muchos errores. Todos los días confío en el perdón de Dios. Estoy profundamente agradecido por esto.

La sanidad de Dios

Sin embargo, lucho con la proclamación de David de que Dios sana “todas las enfermedades” (versículo 3).

¿De verdad? Tengo dos amigos de mi edad, de unos 50 años, ellos perdieron la batalla contra el cáncer. Uno murió de linfoma y el otro de un tumor cerebral. ¿Cómo puede decir David que Dios sana todas las enfermedades? ¿Está ciego a la realidad de que las desgracias ocurren?

Pero David no era ignorante: su primer hijo con Betsabé murió (2 Samuel 12:18).

Quizás, David está describiendo un tipo diferente de sanidad.  

Puede estar señalando la presencia sanadora de Dios. Aunque nuestro cuerpo puede sufrir una enfermedad debilitante, Dios no está ausente en nuestro sufrimiento. Job confiesa esto mientras sufre una terrible enfermedad: “Yo sé que mi defensor vive” (Job 19:25, DHH).

¿Nos está invitando David a darnos cuenta de que cada momento en nuestras vidas está marcado con la bendición de Dios? Nuestra realidad externa puede ser dolorosa, pero interiormente podemos experimentar la presencia sanadora de Dios y su fortaleza en nuestras necesidades.

Habilidades únicas para el desarroll

Recientemente, leí sobre el Liparidae (el pez baboso).Vive en una profundidad de 8.000 m (26.000 pies) en el lecho marino del Océano Pacífico. Aproximadamente del tamaño de la mano humana, estos pequeños peces pueden desarrollarse en condiciones difíciles: cerca de temperaturas de congelación y presión extrema mil veces mayor que a nivel del mar. Sobreviven debido a sus características especiales: cráneos y huesos flexibles.

Dios proporciona a estas diminutas criaturas oceánicas habilidades únicas de desarollo. ¿No nos dará también todo lo que necesitamos para superar nuestro sufrimiento?

A medida que avanzamos en esta época de Advenimiento, ¿podemos esperar la respuesta a nuestras oraciones con agradecimiento y fe?

David nos da estas razones para nuestra expectativa de esperanza: los dones de Dios del perdón y la sanidad. Mientras esperamos sus milagros, podemos tener la confianza de que Dios nos dará todo lo que necesitamos para seguir desarrollándonos.

Como sucedió en el primer Advenimiento, Dios cumplió su promesa con la llegada de su Hijo como el Mesías. Por lo tanto, esperemos con agradecimiento y fe, y por todo ¡demos gracias!

—Un comunicado del Congreso Mundial Menonita por Sunoko Lin. Es pastor y hombre de negocios originario de Indonesia que ahora vive en los Estados Unidos, Sunoko Lin se desempeña como tesorero del CMM.  

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